Intervención teatral con víctimas del conflicto social y armado para la construcción de memoria histórica
En el contexto de Colombia de una crisis social, económica, política y de violación de derechos humanos en Colombia, enmarcado en el conflicto social y armado que hemos padecido por mas de sesenta años, han surgido diferentes proyectos para dar salida social a la crisis en las comunidades afectadas directamente por la violencia, desde el apoyo nacional e internacional con las víctimas, con proyectos que ayudan a estabilizar las economías en los territorios de las comunidades hasta intervenciones artísticas y culturales que ayuden a recuperar la confianza, superar problemas psicológicos en algunos miembros de la comunidad, la recuperación del tejido social y la recuperación de la memoria histórica de lo acontecido en los territorios campesinos para que se generen nuevas perspectivas para avanzar socialmente a futuro como comunidades de sobrevivientes del conflicto.
El teatro colombiano siempre ha tenido una profunda relación con la violencia y los problemas sociales del país y conserva en la actualidad una gran importancia en la medida en que las víctimas del conflicto necesitan contar el conflicto al mundo desde su mirada, desde su perspectiva en un espacio autónomo y con mil posibilidades de expresión y eso solo ocurre en Colombia en los espacios donde el teatro se hace posible y presente.
Por esta razón, la Fundación Escénica y Cultural El Teatro Vive, quien, desde hace algunos años además de dedicarse a creaciones y producciones teatrales con un sentido social, viene también realizando el ejercicio de intervención teatral y cultural en comunidades afectadas por la violencia del conflicto desde el año 1992 en el objetivo de reconstruir tejido social y generar procesos de construcción de memoria histórica con los mismos miembros de la comunidad.
Nuestra experiencia y conocimientos aprendidos desde el año 2006 en el ejercicio de acercamiento e intervención teatral con víctimas del conflicto social y armado, especialmente con víctimas del paramilitarismo, se da cuando después de que el “Bloque Calima” (Centro Nacional de Memoria Histórica 2018a. p. 107) realizó entre los años 1999 y 2004 más de 6 masacres sobre la zona rural de los municipios de Buga y Tuluá en el valle del cauca, región del sur occidente colombiano donde habitamos y que, por nuestra concepción estética teatral, surgió la pregunta de cómo puede el teatro aportar y superar este tipo de consecuencias de violencia desde el quehacer mismo del teatro con la población de niños y jóvenes de la comunidad: víctimas del conflicto armado.
El acompañamiento culturalmente de la fundación de El Teatro Vive con la población de niños, jóvenes y adultos de las veredas de Monte Loro Y Santa Lucía en Tuluá; El Placer y La Mesa en Buga, departamento del Valle Del Cauca, con el consentimiento de las mismas comunidades, estos fueron lugares donde el paramilitarismo realizó masacres hacia sus familiares, amigos y vecinos. El acompañamiento consistió en presentar nuestras obras temáticas para hacer el acercamiento a la población y posteriormente realizar pequeños talleres de exploración y técnica teatral básica para los sobrevivientes en las diversas veredas de la región que posibilitaron el encuentro, la dimensión lúdica y ante todo, generaron las confianzas entre la misma comunidad y donde se pudo narrar lo acontecido, las múltiples lecturas objetivas y subjetivas sobre la violencia impuesta, sus actores, sus intereses particulares en los territorios, recordar a sus familiares y amigos asesinados.
De esta manera durante más de dos años de proceso con el arte teatral comenzaron a surgir los relatos que pudieron ser recuperados y presentados escénicamente por miembros de la comunidad para su comunidad y en veredas de alrededores, a través de piezas teatrales sencillas que narran lo acontecido y las masacres durante las incursiones paramilitares en la región. Desde el 2006 hasta el 2020 en que llegó la pandemia del COVID 19, El Teatro Vive realizó varios ejercicios con población afectada por la violencia política y militar, siendo el último trabajo realizado en el Arenillo –Pradera y luego en el Arenillo -Palmira en 2021 en que se logran varios objetivos, entre los que resalta volver el espíritu a los miembros de las comunidades en los que les atraviesa la experiencia teatral.
Gracias a la experiencia vivida durante estos años podemos afirmar que el teatro es una herramienta que además del divertimento y esparcimiento social nos conduce a generar procesos de recuperar las voces silenciadas por la violencia militar en contexto, recuperar confianzas perdidas entre los actores de la puesta en escena y su comunidad, en tanto que el teatro se convierte en el espejo de una realidad que nadie ve, ni quiere ver en la comunidad violentada. El teatro además de ser un recurso pedagógico es una vía de reconstrucción de la memoria de la comunidad que expresa lo que no puede expresarse en la cotidianidad.